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Los profesores del Taller
Nuria Balcells
El interés por el paisaje atraviesa toda la pintura contemporánea y nutre sus distintas variantes: brilla de alegría y espontaneidad con el impresionismo y se deja entrever sutilmente bajo las abstracciones más rigurosas. Podríamos decir que es el género artístico preferido de la modernidad.
Así es como lo entiende Nuria Balcells, que siempre lo ha cultivado y ha dejado que su obra se enriqueciera por el trato continuo con el paisaje. Lo hizo al principio, interesada por el naturalismo y por el juego deslumbrante de luces y colores que nos rodea. Más adelante, cuando se ha orientado hacia otros ámbitos, como la naturaleza muerta o los temas de interior, la visión y la enseñanza que se desprenden del estudio del paisaje le han permitido trascender la simple descripción de los objetos para ofrecer las relaciones mutuas entre ellos en una nueva unidad de materia y luz.
Y cuando ha sentido la necesidad de aligerar físicamente su pintura sustituyendo el grosor expresionista por transparencias casi inmateriales, la incorporación del collage ha sido un nuevo cambio técnico que deviene en manos de Nuria fuertemente pictórico gracias una vez más a su sensibilidad por el paisaje.
La abstracción ha ido adquiriendo peso últimamente en la obra de Balcells, donde convive sin dificultades con la figuración conformando un estilo que busca equilibrar las armonías cromáticas con el interés por presentar temas muy diversos. Éstos provienen tanto de la observación de la realidad como de las sugerencias del propio material. Y no es paradójico reivindicar también ahora el paisaje como el alma de todo ello…
Agustí Roca
La obra de Agustí Roca se caracteriza por una considerable variedad. El artista ha transitado a lo largo de su carrera por diversos estilos, impelido por una necesidad de investigación y de cambio.
Figuraciones de cariz expresionista se alternan con grandes superficies de color y manchas gestuales. Historias y argumentos quieren transportar al espectador más allá de las formas pictóricas, pero también hay composiciones que nos recuerdan que, de hecho, sólo se trata de eso: forma. En un extremo, representaciones de objetos que muestran interés por la realidad que nos envuelve, y en el otro, abstracciones puramente esquemáticas.
En cuanto a las técnicas, también responden a los distintos intereses que orientan la creación en cada momento. De manera que el óleo cede con frecuencia su lugar preferente al acrílico, e incluso al collage o a experimentaciones matéricas. Y resiguiéndolo todo como una constante, la pasión por el dibujo que siempre acompaña al autor.
Al fin y al cabo, dibujar una naranja es algo extraordinario, pero también lo es diseñar una esfera, o sencillamente esbozar una circunferencia, contemplar el círculo vacío de su interior… y comprobar que acaba de convertirse también en una naranja.
Todo es forma y concepto, sea cual sea el estilo que adoptemos.